
El PJ pasó de hacer política con los trabajadores a ser la fuerza política que contiene al crimen organizado
NACIONALES

Las torturas y asesinatos de las tres jóvenes en La Matanza es la fotografía perfecta de un lugar que está bajo el comando peronista desde siempre. Siempre gobiernan ellos, los punteros son de ellos y los delincuentes importantes negocian con ellos. La policía también está enredada en ese círculo del infierno. A esto hay que sumarle que el gobierno de la provincia es casi siempre peronista y ahí está la resultante de decadencia moral que se ha instalado en esos lugares de político ricos y ciudadanos que deben vivir en un infierno donde las reglas las ponen delincuentes crueles y analfabetos.
Cuando el poder político se dispone a enfrentarse a las mafias sufre las consecuencias, como le pasó a María Eugenia Vidal que tuvo que vivir un tiempo en una base militar. Gente como Kicillof, Espinoza o Magario no temen por su vida porque su fuerza política está mezclada y se financia de los delincuentes. Por eso las zonas liberadas y la impunidad delictiva. Si un gobernante, un juez o un comisario de una zona mafiosa no teme por su vida es porque hay un acuerdo de beneficio mutuo con los delincuentes. En esas zonas hay muchos políticos que no pueden justificar sus ingresos ya que una parte importante de los mismos les llega por dejar jugar a los delincuentes.
Las víctimas de ese accionar son los ciudadanos honestos que deben vivir bajo la dictadura de los mafiosos que incluye el temor de que sus hijos caigan en las redes narcos ya que el modelo de triunfo social y económico en esos lugares es llegar a ser jefe mafioso. En la Argentina, desde hace mucho, se romantiza la vida en las villas por medio de la televisión, el cine y la música. En esas expresiones el modelo triunfador es el joven que anda armado, que manda sicarios o que es el mejor delincuente. Desde la cumbia villera hasta La Joaqui han pasado muchos años que se pone la pobreza como centro y a los delincuentes como los triunfadores de ese tipo de vida.
Los años de kirchnerismo aceleraron ese modelo. CFK decía que la manera de ver fútbol era en el para avalanchas y durante los años del kirchnerismo las barras de fútbol tenían hasta una asociación que las representaba y viajaban por el mundo. Las barras son otro componente en el cual se mezcla la delincuencia y el sentido de pertenencia de muchos jóvenes de hogares humildes. El peronismo destrozó cualquier idea de sociedad virtuosa en la cual el esfuerzo o el mérito sean una escalera al éxito. El modelo de político exitoso era Insaurralde, esa clase políticos se mueven con absoluta comodidad en el mundo del delito.
En ese modelo para muchas familias es completamente normal que se prostituyan sus hijas. Esa es la idea de progreso que el peronismo construyó en muchos años y que sigue teniendo vigencia política porque en esos lugares los delincuentes son piezas vitales en la lógica clientelista. El que aterroriza a los ciudadanos es, también, el que le dice por quien votar. Por eso desde 1983 el peronismo gobierna en La Matanza que es un lugar que se ha degradado hasta lo indecible.
Estas cosas van a seguir pasando, no se puede engañar a la población. Desde matar a una niña para robarle la mochila hasta transmitir por una red social como torturan y matan a tres chicas pasando por todo tipo de violencia y maltratos a los ciudadanos honestos. El PJ pasó de hacer política con los trabajadores a ser la fuerza política que contiene al lumpenaje y a la delincuencia organizada. Arreglar esto es una tarea sideral que requiere de muchos políticos decentes y valientes. No se arregla por las buenas.
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