G-2XWRPNYZ21

La historia prohibida del contador de los K que contó todo

NACIONALES..
victor-manzanares-2138171

Cuando Víctor Manzanares empezó a trabajar con el matrimonio Kirchner, conoció a una pareja con más ambiciones políticas que recursos económicos. El rico era él, que venía de una familia con sobrado patrimonio. Ellos no tenían demasiado, pero Néstor acababa de convertirse en intendente de Río Gallegos y soñaba en grande.

 

 
 
 

Manzanares vio de cerca, y ayudó a acrecentar, el patrimonio que el matrimonio fue incorporando a través de la política, hasta llegar a recibir bolsos de coimas por entre dos y tres millones de dólares por semana que venían de Buenos Aires para colocar en distintas inversiones.
Fue el primero que cayó en desgracia con la causa Los Sauces, en 2017. Fue detenido y sintió la traición. Cristina Kirchner le hizo llegar un mensaje: “De ahora en más te manejas con la plata de tu familia. Yo soy una vieja jubilada y embargada”. Supo que estaba sólo y por eso, al año siguiente, decidió hablar.
A través del testimonio de arrepentimiento del contador Manzanares y de la investigación que el fiscal Carlos Stornelli pudo realizar, que llevó a más de 20 funcionarios y 65 empresarios al banquillo de los acusados en un juicio oral que marcará un hito en la Justicia, es que se conocieron decenas de historias insólitas de guita negra. Escenas pornográficas de millones de dólares robados al Estado durante el kirchnerismo.
El inversor. La declaración como imputado colaborador de Manzanares fue valiosa para la causa en cuanto el contador aportó datos que, hasta allí, se habían escapado del expediente: aparecieron nombres de sociedades y bienes que estaban en otros países.


Manzanares lo sabía porque había sido el encargado de negociar con compañías internacionales esos acuerdos. “Los bolsos llegaban a Río Gallegos en el avión presidencial e iban a parar a la casa de los padres de Néstor”, reconstruye su abogado, Roberto Herrera, de acuerdo a las declaraciones de su defendido. “Un par de esos bolsos, calculale entre dos y tres millones de dólares, le llevaban a ‘Polo’ (tal como le dicen a Manzanares) para que invierta. Así, todas las semanas”.
Entre las compañías que metió en el expediente, apareció el nombre de San-Up, una empresa de capitales franceses, líder en el mercado de nebulizadores e instrumentales para el cuidado de la salud. Manzanares la negoció a pedido de Muñoz y en nombre de un testaferro, Carlos Cortez, y la terminaron adquiriendo por 34 millones de dólares: tres veces el valor de tasación del mercado. En una década la justicia comercial terminaría decretando la quiebra. Como esas, varias.
La zona de influencia del contador era la Patagonia. No solía viajar a Capital Federal y conocía las historias de la plata por lo que le relataba Daniel Muñoz, ex secretario de Néstor y Cristina, que terminó la era K con propiedades en Nueva York y Miami y sociedades en otras partes del mundo.


Pocas veces acompañó a los Kirchner a Buenos Aires. De las más recordadas fue la de 2009, cuando Néstor le pidió que fuera a arreglar con el juez Norberto Oyarbide su primera causa de enriquecimiento ilícito. El contador se juntó con el magistrado e hicieron que le cierre el blanco. El expediente se cerró en tiempo récord.
Ventajeros. El fiscal Stornelli pudo avanzar más con la investigación. Y se encontró con el relato de más escenas disparatadas, como el “mexicaneo” entre compañeros de la investigada asociación ilícita.
El dinero debía terminar todo en el mismo lugar: el departamento del matrimonio Kirchner en Juncal y Uruguay o la Quinta de Olivos. Pero en el camino había quienes se tentaban con el botín. “Se robaban entre ellos”, indicó el fiscal.
De acuerdo a su investigación, incluso mandaron a confeccionar bolsos más chicos, para que faltaran 10 mil dólares de cada uno sin que los jefes se dieran cuenta del detalle. “Es que contaban por bulto. Era tal el volumen, que era imposible contar los billetes con la maquinita”, dijo Stornelli.


Las historias de “mexicaneos” incluyeron a Oscar Centeno, el chofer y autor de los cuadernos que iniciaron esta investigación. En un viaje, el conductor del vehículo se le animó a Roberto Baratta, mano derecha de Julio De Vido: “Acuérdense un poquito de los pobres, nosotros también puchereamos”, le rogó. El funcionario tuvo un gesto que le despertó mucha bronca. Le regaló un bolso, pero vacío. Las escenas incluyen intrusiones a domicilios y hasta asesinatos que quedaron bajo un manto de sospecha, como el del secretario Fabián Gutiérrez. “Hubo varios robos en casas de distintos secretarios”, contó Stornelli. Y agregó: “Hacían pozos en el patio y rompían paredes”. El tesoro era tan grande que la búsqueda era incesante.

 
El juicio oral por la causa Cuadernos ayuda ahora a revivir historias increíbles de los millones de dólares del desfalco al Estado durante el kirchnerismo. Los robos de los robos. La corrupción en su máxima expresión.

REVISTA NOTICIAS

Te puede interesar
Lo más visto