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A 48 años de la primera ronda de las Madres de Plaza de Mayo

NACIONALES..
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NACIONALES .
 
Un día como hoy 30 DE ABRIL , en 1977, catorce mujeres desafiaron el miedo, el silencio y la represión. Caminando alrededor de la Pirámide de Mayo, encendieron una llama de memoria, verdad y justicia que sigue viva hasta nuestros días.

 
   

 
El 30 de abril de 1977, en plena dictadura cívico-militar argentina (1976-1983), un grupo de mujeres se reunió por primera vez frente a la Casa Rosada, en la Plaza de Mayo. Lo hicieron para reclamar por el paradero de sus hijos e hijas desaparecidos por el accionar del terrorismo de Estado. 

La policía, en un intento por dispersarlas y bajo el argumento de que estaba prohibido permanecer en grupo, le dijeron que circulen. Entonces, comenzaron a caminar alrededor de la Pirámide de Mayo, de a dos. Así nació la ronda que repetirían cada jueves a las 15:30, sin interrupción durante décadas. Desde entonces, caminaron con el rostro erguido, pañuelos blancos en la cabeza (primero pañales de tela), y fotos de sus hijos e hijas desaparecidos en el pecho. De esta manera, y sin saberlo, crearon una forma de protesta que se volvería emblemática.

Lo que comenzó como un acto de desesperación individual, se transformó rápidamente en una organización colectiva, así nació: Madres de Plaza de Mayo, un símbolo de lucha por los derechos humanos a nivel internacional.

El grupo se dividió en los años 80 en dos líneas principales:

 
-Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, que pone el foco en la búsqueda de justicia a través de la vía legal.

-Asociación Madres de Plaza de Mayo, liderada por Hebe de Bonafini (fallecida en 2022), que adoptó una posición más política y crítica frente a las instituciones judiciales.

Ambas ramas comparten el mismo origen de lucha por la memoria, la verdad y la justicia.

A los pocos meses, y ante la evidencia de que muchas mujeres detenidas estaban embarazadas en centros clandestinos, daban a luz en cautiverio y sus bebés eran apropiados, surgió un grupo específico dentro de ese movimiento: las Abuelas de Plaza de Mayo. Su primera reunión colectiva se realizó el 22 de octubre de 1977 y desde entonces, su búsqueda se centró en encontrar a sus nietos y nietas, muchos de ellos criados con identidades falsas por familias ligadas al régimen.

A lo largo de los años, desarrollaron una red internacional, crearon el Banco Nacional de Datos Genéticos (1987), impulsaron leyes de restitución de identidad, y generaron conciencia mundial sobre la importancia del derecho a la identidad. Hasta abril de 2025, 137 nietos y nietas han sido encontrados gracias a su incansable trabajo.

Con el retorno de la democracia en 1983, las Madres y Abuelas fueron clave para visibilizar los crímenes cometidos durante la dictadura. Impulsaron los Juicios por la Verdad, el juicio a las juntas, y resistieron los indultos en los años 90. En 2003, con la anulación de las leyes de impunidad, se reactivaron los juicios de lesa humanidad.

El movimiento argentino por los derechos humanos se convirtió en referencia global. Su ejemplo inspiró movimientos similares en Chile, Sudáfrica, Bosnia, Colombia y otros países que atravesaron procesos de violencia estatal.

En los últimos años, con el crecimiento de discursos negacionistas y gobiernos que relativizan los crímenes del terrorismo de Estado, las Madres y Abuelas siguen siendo un faro ético. Frente al intento de reducir el número de desaparecidos o de justificar la represión, su mensaje es claro: "Nunca más. Son 30.000. Fue genocidio."

Hoy, 30 de abril de 2025, a 48 años de aquel primer paso, las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo siguen enseñándonos que la memoria es una forma activa de justicia y que la democracia solo es plena si se sostiene con verdad, justicia y memoria.

Gracias a la incansable tarea de las Abuelas, y al desarrollo de técnicas científicas como el Índice de Abuelidad, se han logrado restituir hasta hoy 137 identidades. Su labor fue reconocido en el mundo entero como un ejemplo de lucha pacífica, comprometida y transformadora.

A 48 años de aquel primer paso en ronda, la Plaza sigue siendo un lugar de memoria activa. Las Madres y Abuelas nos enseñaron que la historia no se borra, que el amor puede más que el miedo y que la justicia no se negocia.

En tiempos de negacionismo es fundamental mantener viva la historia. Recordar no es, solo, mirar hacia atrás: es sostener el presente y construir un futuro con memoria, verdad y justicia.

 

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