
VILLARRUEL PONE INCOMODOS A LOS SENADORES Y OBLIGA A DEVOLVER SUS DESPACHOS Y BIENES DEL ESTADO AL FINALIZAR LA GESTION
NACIONALES

La vicepresidenta impulsa un decreto que obliga a devolver despachos y mobiliario al finalizar mandatos, rompiendo con tradiciones y generando tensiones en la Cámara alta.
La vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, ha puesto en marcha una medida que modifica profundamente la administración de los despachos y mobiliario en la Cámara alta. Esta iniciativa, que rompe con las prácticas habituales, busca que los senadores que finalizan su mandato restituyan los espacios y recursos asignados antes del 10 de diciembre de cada año electoral.
El decreto presidencial 488/25, aún pendiente de publicación oficial, autoriza a la Dirección General de Administración a realizar un exhaustivo "relevamiento de oficinas actualmente asignados a los senadores, bloques políticos y asesores tanto en el Palacio Legislativo como en los distintos edificios anexos". Este procedimiento cuenta con el respaldo directo de Villarruel, quien meses atrás había limitado las facultades de la secretaría administrativa, dejando vacante la gestión de la caja y decisiones administrativas del Senado.
Según lo establecido, los senadores deben devolver no solo los despachos sino también todo el mobiliario y equipamiento perteneciente al Senado, que incluye muebles, equipos telefónicos, computadoras, tarjetas de acceso, documentación oficial y otros materiales utilizados durante su mandato. Tras esta restitución, Villarruel tendrá la potestad de reasignar estos recursos según su criterio.
Esta política representa un quiebre con los denominados "usos y costumbres" que permitían a los bloques políticos administrar libremente estos espacios, a menudo considerados como auténticos “trofeos de guerra” dentro del ámbito legislativo. Un ejemplo previo a esta medida fue la asignación del despacho cercano a Villarruel al senador José María Carambia, señalando un interés claro en controlar estos recursos.
Los despachos en el edificio principal del Congreso son el foco principal de esta reorganización, mientras que los espacios en edificios anexos, que presentan condiciones precarias como malos olores y falta de higiene, quedan relegados a un segundo plano. Esta situación ha generado expectativa entre legisladores que aspiran a heredar despachos en condiciones más favorables.
La medida ha generado inquietud y rechazo en algunos senadores, incluso dentro del oficialismo, debido a la incertidumbre que provoca sobre quiénes podrán acceder a estos espacios y bajo qué criterios. Algunos advierten que esta disputa podría escalar y trasladarse al recinto, desembocando en un enfrentamiento público entre Villarruel y los legisladores afectados.
FUENTE: BORDER PERIODISMO