
Murió "Chinchu" Gasparini, el intendente que salió de la calle y dejó una marca en el peronismo bonaerense
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Juan Carlos Gasparini falleció este sábado tras una larga enfermedad. De origen marginal y con una vida marcada por la exclusión, llegó a gobernar su pueblo tres veces.
Juan Carlos “Chinchu” Gasparini falleció este sábado a los 76 años, tras una larga lucha contra una mielodisplasia, una enfermedad de la médula ósea que lo había obligado a pedir licencia en 2022. Fue tres veces intendente de Roque Pérez, el pueblo bonaerense donde nació Juan Domingo Perón. Su vida, marcada por el hambre, el desamparo y el trabajo informal, se transformó con los años en una trayectoria política profundamente ligada al peronismo.
Su figura trascendió los límites de su distrito, no solo por lo atípico de su historia, sino por el modo en que convirtió su biografía en un recurso político. Con un estilo frontal, sin medias tintas ni cálculo partidario, Gasparini hablaba como vivía: sin rodeos. Se presentaba en actos con su “Chinuchumóvil”, improvisaba discursos, abrazaba a desconocidos y no necesitaba de asesores para construir cercanía. Para muchos, su modo de hacer política condensaba una esencia ya escasa: la del dirigente que no se parece a nadie porque no quiere parecerse a nadie.
Su historia de vida y vínculo con el peronismo
Gasparini no llegó al poder desde un despacho, sino desde la calle. A los 12 años, después de recibir una paliza de su abuelo, se fue de su casa y vivió tres meses en un terreno baldío, acompañado por siete perros, tomando agua contaminada y cuereando nutrias para sobrevivir. Hombreó bolsas, vendió turrones en el cementerio, trabajó en hornos de ladrillo, fue camionero y levantó quiniela en su barrio. “Soy un negro de abajo sin estudios que quiso hacer algo por los que sufrieron como yo”, dijo en una entrevista a Página 12 en 2019.
Su vínculo con el peronismo nació con los bombardeos del 55. Su familia iba a recibir una casa construida por el gobierno de Perón, pero el golpe militar los dejó en la calle. “Me acuerdo del bombardeo, lo escuché por la radio”, relató alguna vez. En 1997, desde la unidad básica “Eva Perón”, fue electo concejal en plena crisis del PJ bonaerense. Luego encabezó listas en 2001, 2005 y 2009, hasta que en 2011 llegó a la intendencia, con el apoyo de Aníbal Fernández. Fue reelecto en 2015 y 2019, esta última por apenas 11 votos, en una elección voto a voto contra Juntos por el Cambio.
En 2022, ya afectado por la enfermedad, se alejó de la gestión. Pero antes protagonizó uno de los momentos más virales de su carrera política: se vacunó contra el COVID con una foto gigante de Vladimir Putin. Lo hizo como gesto de agradecimiento por la llegada de la Sputnik V a la Argentina: “Todos decían que nos iba a envenenar y nos está salvando la vida”, declaró.
La noticia de su muerte provocó una catarata de mensajes desde el arco peronista. Axel Kicillof escribió: “Un dirigente comprometido con el bienestar de su pueblo y con los derechos de todos los bonaerenses”. Victoria Tolosa Paz lo recordó como “un batallador entrañable que nunca se olvidó de su origen humilde”. Aníbal Fernández, su mentor, fue más personal: “Chinchu, querido hermano, amigo y compañero. Me duele el alma”.
También lo despidieron el PJ bonaerense, que conduce Máximo Kirchner, y dirigentes como Andrés “Cuervo” Larroque, todos coincidiendo en que Chinchu fue mucho más que un intendente: fue una figura que personificó un peronismo real, visceral y sin adornos, el que abraza a los caídos, da trabajo al que nadie contrata y no tiene miedo de decir lo que piensa.
FUENTE: AMBITO