Debe elegir entre ser furgón de cola de Milei o salir tercero en 2025. Porque el gobierno ignora sus amenazas. La pelea con Bullrich
Horas después de que la Cámara de Diputados dejara firme el veto de Javier Milei a la ley de financiamiento universitario, mientras comenzaban las tomas en distintas facultades del país, Mauricio Macri tenía otra agenda, mucho más personal. De viaje por Miami junto a su familia, el ex presidente había sido invitado a cenar a la casa de Sergio “Kun” Agüero. Festejaron allí el cumpleaños número 13 de su hija Antonia.
En ese momento, muchos de los legisladores de su bloque hacían malabares para explicar cómo, luego de haber defendido públicamente a la educación pública, habían votado a favor del veto. A distancia, Macri les había pedido que acompañaran a Milei, que iba a ser la última vez que defendían al oficialismo de esa manera. “Lo que puso sobre la mesa es que, de ahora en más, nos participan de la discusión parlamentaria o no los seguimos bancando”, explican cerca del ex presidente.
Pero esa advertencia ya había sido vertida antes por el PRO y el oficialismo no había hecho caso. Podría volver a suceder. Es por eso que algunos dirigentes consideran sombrío el futuro de Macri: “Finalmente, se lo están tragando”, consideró Elisa Carrió. Es lo mismo que piensan, y dicen por lo bajo, otros ex aliados.
Con Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta alejados de la discusión partidaria, el ex presidente intenta sacar al PRO del laberinto. Corre el riesgo de caer en la trampa en la que se hundió el radicalismo en 2015: transformarse en el furgón de cola de Milei.
Algunos dirigentes ya plantean los escenarios: si van solos, podrían quedar terceros cómodos en distritos importantes, detrás del oficialismo y del peronismo; pero si acompañan a La Libertad Avanza, se podría desdibujar el partido. No hay respuestas correctas. “No se adelanten”, pide Macri. Es un pedido de mesura, pero también una forma de atrasar todo lo posible la discusión del 2025.
Advertencia
Antes de partir hacia Miami, el ex presidente encolumnó en una reunión virtual a sus diputados.Había una fuerte dispersión de opiniones acerca de qué debía hacer el bloque con respecto a la ley de financiamiento universitario. En el PRO admiten que diez legisladores querían votar en contra del veto o al menos abstenerse (lo que hubiese significado una derrota del oficialismo). El ex presidente decidió darle una mano a Milei y dio por terminada la discusión.
Eso provocó ciertas incomodidades. Algunos legisladores que habían manifestado su apoyo a la universidad o que tienen a la educación como eje de sus acciones políticas debieron cambiar su discurso para votar a favor del Gobierno. Silvia Lospennato y María Eugenia Vidal, por ejemplo, hubiesen preferido una salida alternativa. Otros recibieron alguna reprimenda en su provincia.
La santafesina Germana Figueroa Casas, docente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), había repetido en medios locales que “el reclamo de las universidades es legítimo”, pero, tras el pedido de Macri, votó en conjunto con el bloque. “Por la ley de administración financiera no puede haber normas que no digan de dónde saldrá su financiamiento”, argumentó luego para mostrar el cambio de posición. No alcanzó: en la UNR hicieron un proyecto para declararla “persona no grata” y la legisladora aseguró que había recibido “muchos insultos en público y en privado”.
El apoyo del bloque PRO fue fundamental para blindar el veto presidencial. Por eso causó sorpresa que el día posterior a la sesión especial, en medio de un torbellino de retuits, Milei posteara una columna de opinión que era durísima contra Macri. “No nos molesta. Sabemos cómo piensa el Presidente: no lo hizo contra Mauricio, sino que estaba avalando los elogios que tenía esa nota hacia él”, relativizan en el macrismo.
De todas maneras, en el entorno del ex presidente consideran que Milei es el menor de los problemas que tienen con el oficialismo. De hecho, aseguran que el Presidente llegó a decir en una reunión de Gabinete que él era “el más macrista de los macristas”. Siguen chateando con frecuencia y se tratan con sumo respeto. “Javier lo escucha con atención”, dicen. La dificultad para el líder del PRO está en los otros vértices del “triángulo de hierro”.
Contrincantes
Ni Karina Milei ni Santiago Caputo confían en Macri. Y mientras el ex mandatario analiza cómo encarar las elecciones 2025, el oficialismo se prepara para avanzar por las suyas. Creen que no lo necesitan. Es lo que dejó entrever la hermana del Presidente en el acto de Parque bajo su sello. “Estamos en un lugar delicado, pero vamos a seguir defendiendo al PRO”, dice un dirigente de la mesa chica de Macri. Y agrega: “Tenemos una ventaja sobre el armado de La Libertad Avanza. Ellos no tienen capilaridad. Son Milei y pocos más. No tienen dirigentes y allí va a estar nuestra fortaleza. Si no quieren volver a llenar sus listas de kirchneristas y massistas, vamos a poner a los nuestros”.
En el macrismo lo ven a Mauricio como candidato el próximo año: “A él la tarea legislativa no lo seduce, pero va a ser necesario que juegue”, dice un diputado. Es que el gran temor del PRO es perder en Capital. Los que abogan por la coalición hacen un análisis matemático simple. Si en el 2023 sumaban sus votos con los de La Libertad Avanza, podrían haber derrotado al peronismo en la provincia de Buenos Aires. La lógica debería repetirse en 2025. El problema, en todo caso, es quién tiene la lapicera para armar las listas.
“El Jefe” y Caputo son una barrera infranqueable para Macri. Con Karina no tuvo nunca una conversación. Con el asesor estrella, poco más: en la última oportunidad, en un encuentro en una oficina que pertenecía al padre de Santiago, se terminaron tirando con causas judiciales que podrían enfrentar uno y otro.
El problema para el ex mandatario es que todo lo que avanza en charlas con Milei, luego retrocede cuando el Presidente baja las ideas a su mesa chica. Vuelve a foja cero. A casi un año de gestión, en el PRO ven que el Gobierno se empieza a resentir en una de las áreas más fuertes hasta ahora: “Ellos tienen solidez comunicacional. Sobre todo a través de Twitter. Pero cada vez menos”, consideran.
Si más allá de ordenar la macro, la economía no le da un alivio a gran parte de la población, podría venir un tiempo difícil para Milei. “El mayor reprobado de nuestra gestión fue la economía. El votante nos castigó por eso, a pesar de que nos había ido muy bien en otras áreas como infraestructura o en el plano internacional”, dicen en el PRO. Y saben que el Presidente se ocupa casi exclusivamente del tema económico. “Lo demás, lo delega todo”, agrega un dirigente que lo frecuenta. Por eso están atentos a si hay...
En cada conversación con el oficialismo, Macri insiste en ofrecerle dirigentes. “Ustedes pongan los funcionarios, yo les acerco cuadros técnicos”, le sugirió por enésima vez a Santiago Caputo en la última reunión. El asesor lo escuchó, le pidió gente para la Secretaría de Energía. El ex presidente le recomendó a Emilio Apud. Ya hubo reuniones para sumarlo: “Hay tratativas de colaboración del PRO con el Gobierno en el área energética”, confirmó el ex funcionario en Modo Fontevecchia. Y agregó: “Yo personalmente no aspiro a ningún cargo público, pero el apoyo que haría el PRO al Gobierno sería institucional”.
Sin confrontar con Macri, algunos en el espacio observan la jugada con temor: si a Milei le va mal, quedarán pegados a la gestión. Además del aporte de cuadros técnicos, Macri tiene ahora otra preocupación. El ultimátum en materia legislativa comprende que Cristian Ritondo deje de ser apenas un oyente en las cumbres en Casa Rosada y pueda empezar a imponer la agenda del partido en el Congreso con el apoyo de La Libertad Avanza. Pide reciprocidad. Pero también está atento a los reclamos de los gobernadores PRO de cara al Presupuesto 2025: teme que la falta de fondos prevista para el próximo año les complique la gestión. Para el ex presidente, la situación no es fácil. Pero solo le queda confiar en el Gobierno, a pesar de los sobrados desplantes de La Libertad Avanza.
Grieta
La otra discusión de Macri es hacia adentro del partido. Con Horacio Rodríguez Larreta el diálogo está cortado: luego de la derrota en la interna presidencial (de la que señala como responsable al ex presidente), el ex jefe de Gobierno porteño decidió no formar parte de ninguna mesa decisoria del espacio. “En este tiempo seré un militante más”, avisó. Trabaja por las suyas en su propia fundación, es muy crítico de Milei y está en desacuerdo con la cercanía que el PRO tiene con el Gobierno.
Del otro lado está Patricia Bullrich. Desde el Gabinete hace todo lo posible para que el PRO confluya en una coalición con La Libertad Avanza, pero lo hace a espaldas de Macri. “Para nosotros ella hoy pertenece a otro espacio. Lo único que intentó es hacer daño interno”, protesta un macrista. “No lo tengo bloqueado a Macri en el celular, pero hace tiempo que no hablo”, contó la ministra de Seguridad en una entrevista televisiva. Y le mandó un mensaje al nuevo presidente del PRO, que busca apoyar, pero no perder autonomía: “Me parece que ahora en Argentina te tenés que jugar por el Gobierno: tirarte a la pileta”.
Macri reconstruye su poder partidario sin los principales referentes de los últimos años. Y tampoco cuenta con los espacios aliados que lo ayudaron a llegar al poder. “Carrió es Carrió. Un día te elogia, al otro te defenestra”, dicen cerca de Macri. Y agregan: “Quedó solo como patrona de la Coalición Cívica, que se parece demasiado a la parte mala del radicalismo, la de Lousteau y Yacobitti”. Las posibilidades de reflotar Juntos por el Cambio son nulas.
Por ahora, su agenda está alejada de los medios pero cerca de los empresarios, quienes lo consideran un interlocutor válido para saber qué pasa con el Gobierno. El jueves 17, a la vuelta de su viaje por Estados Unidos, fue el centro de atención de un almuerzo VIP en el 60° Coloquio de IDEA que se desarrolló en el hotel Sheraton de Mar del Plata. Y el domingo 20 viaja a Córdoba para participar de un evento en la Bolsa de Comercio local.
La otra fortaleza de Macri está en el Congreso: ese bloque de diputados que le responde a rajatabla, bajo las órdenes de Ritondo, y que podría hacer cambiar la suerte del Gobierno en cuanto le retiren el apoyo. El resto es incertidumbre para el ex presidente.
Macri corre el riesgo de hacer implosionar el espacio que creó. Si se rebela, puede quedar afuera de la polarización entre el Gobierno y el peronismo. Si conforma una coalición con La Libertad Avanza, la predicción de Carrió podría volverse realidad: terminar siendo fagocitado por Milei. En una u otra dirección, el horizonte es oscuro.
FUENTE: NOTICIAS PERFIL