Una investigación del diario La Nación reveló que el presidente Javier Milei recaudó $855.000 millones del impuesto PAIS, destinados a infraestructura, pero sólo se utilizó el 1%. Los gobernadores exigen una auditoría para saber que se hizo con ese dinero y piden que se reactiven los proyectos.
La recaudación del impuesto PAIS -gravamen para la compra de divisas extranjeras- generó una tormenta de críticas y demandas de transparencia. Una investigación realizada por el diario La Nación destapó una preocupante realidad: de los $855.000 millones recaudados bajo este tributo para financiar obras de infraestructura, apenas se utilizó el 1% de estos fondos. Esta situación generó el reclamo de gobernadores provinciales y puso en el centro del debate la gestión de los recursos públicos.
El jueves pasado, durante un acto en Rosario por el Día de la Bandera, el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, hizo público su descontento. «Señor Presidente: mire a este país, nos faltan obras de infraestructura», reclamó, reflejando el sentir de muchos mandatarios provinciales que ven cómo sus regiones se ven privadas de inversiones necesarias para su desarrollo.
Fue el propio presidente Javier Milei, a través del decreto 193/2024, quien aumentó la proporción de lo recaudado por el impuesto PAIS -del 7.5 al 17.5%-, justificando el aumento en la necesidad de cubrir proyectos de infraestructura a lo largo y lo ancho del país. Sin embargo, los hechos muestran que esta decisión no se tradujo en acciones concretas. Los fondos destinados a obras -entre ellas el Gasoducto Néstor Kirchner– quedaron sin utilizarse, mientras los proyectos de infraestructura permanecen estancados.
La investigación del diario La Nación reveló que hasta el 18 de junio, la Secretaría de Obras Públicas había registrado ingresos por $863.128 millones del impuesto PAIS. Sin embargo, de este monto, sólo se ejecutaron $8.823,53 millones, lo que representa un insignificante 1% del total recaudado. Esta falta de ejecución desató una gran polémica y puso en evidencia la necesidad de una auditoría exhaustiva que esclarezca el destino de los fondos.
El contraste es abrumador: los $854.304 millones no gastados equivalen a diez veces el costo de las obras pendientes en tres tramos del camino del Buen Ayre, en el conurbano bonaerense. Esta situación pone de manifiesto la brecha entre la recaudación y la inversión efectiva en infraestructura, generando dudas sobre la eficiencia y transparencia de la gestión de estos recursos.
El superávit fiscal logrado por el gobierno en los primeros cinco meses del año, que asciende a $6.465.462 millones, fue parcialmente atribuido al ahorro generado por la retención de estos fondos. No obstante, este superávit no puede justificar el incumplimiento de los objetivos específicos para los cuales se recaudaron estos impuestos.
FUENTE: BORDER PERIODISMO
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